lunes, 23 de octubre de 2023

El valor de la naturaleza

 Una pantalla y una historia. Noticias de otro mundo, cuentos de hadas y muchas mentiras. ¿Quién nos cuenta la verdad? ¿Debemos confiar en las fuentes? Os voy a explicar una historia que ocurrió unos años atrás en un pueblo de las montañas armenias. 

Dicen que un muchacho se perdió mientras acompañaba a su padre en una jornada de caza. El día estaba yendo de maravilla, habían cazado un ciervo y un par de conejos, hasta que el niño desapareció de repente. El padre gritó y gritó, pero sin rastro del muchacho. 

Desesperado corrió de vuelta hasta el pueblo para pedir ayuda. 

Los habitantes, que habían visto al chiquillo crecer, empatizaron con el padre, dejando todas sus actividades y salieron a buscar al chico. Se dividieron por equipos y empezaron a cubrir distintas zonas del bosque, buscaron hasta el último rincón, y gritaron con todas sus fuerzas, pero la suerte no estaba de su parte ese día, y volvieron todos a casa cabizbajos y desalentados. 

El padre que se había quedado viudo hacía unos meses, no pudo dormir aquella noche, se sentía sólo y perdido y volvió al bosque hasta llegar al pueblo vecino. El Sol empezaba a despuntar detrás de las montañas cuando pasaba por la plaza principal y el pueblo se despertaba. Al igual que el resto de pueblos de aquellas montañas los habitantes se veían personas que habían sufrido mucho a lo largo de los años, guerras y sequías habían hecho mella.  Miraban al pobre hombre con ojos curiosos, y algunos esquivaban su mirada. Mostraban recelo hacia el desconocido. 

Preguntó hasta la última persona que se encontró, pero sin suerte alguna tampoco. 

Llegó a casa con las manos vacías, decepcionado consigo mismo. 

Al entrar en el comedor se encontró un escenario particular. Alguien había entrado y regirado todos los cajones, y el televisor estaba en el suelo, con la pantalla rota. Emitía un sonido grave y profundo, se escuchaban voces, parecía un noticiario, pero con numerosas interferencias. Era complicado comprender el mensaje, pero el padre escuchó con atención. Pudo entender las palabras clave. Explicaban la desaparición de su hijo. Una joven periodista contaba la noticia de forma sensacionalista. Muy apasionada. Se había creado gran revuelo en uno de los pueblos vecinos. En el cual ni siquiera conocían al niño. ¿Cómo les había llegado la información? - Se preguntó el padre, un poco mosqueado. Estaban haciendo un espectáculo sobre su desgracia, y se equivocaron con la edad del chico. Tenía 10 años, no ocho como decía aquella reportera. 

Hubo un detalle que llamó su atención. Un pastor que estaba con su rebaño por las montañas, aseguraba que al chico se lo habían llevado los animales.  

La pantalla fue volviéndose borrosa, y el sonido era cada vez más complicado de descifrar. 

El padre, que no entendió muy bien a lo que aquel pastor se refería, subió a su vieja furgoneta y condujo durante dos horas hasta el pueblo donde se encontraba el hombre. 

Lo buscó en las montañas, y lo encontró en una pequeña cabaña en el valle. 

El pastor le explicó, que era el precio que tenía que pagar por no respetar a la naturaleza. - No se puede ir por ahí, matando animales sin sentido.- Juegan un papel muy importante en nuestro mundo, y no se les da el valor que merecen. 

  • ¿Dónde lo puedo encontrar?- Le preguntó el padre desesperado. - Yo no tengo la respuesta. La naturaleza es quien tiene la última palabra, ella va a decidir, que hacer. Ella te enviará una señal en el momento indicado. 


El padre emprendió el camino de vuelta aún más confundido. 

Al llegar a casa, alguien había arreglado el salón. El televisor estaba otra vez en su sitio, y estaba todo limpio y ordenado. 

La pantalla se encendió de golpe, y apareció el chico, estaba rodeado de animales salvajes, y parecía contento. 

  • Hola papá, espero que estés bien. No te preocupes por mí, he encontrado un buen hogar. Estoy aprendiendo mucho. Creo que no deberíamos volver a cazar nunca más. Los animales son más inteligentes de lo que creemos, y me cuidan. Dicen que cuando estés preparado podré volver. Espero que puedas entender su posición. Tienen que velar por sus intereses, sino vamos a conseguir que se extingan. 

Algunos dicen que el padre esperó durante tres semanas en el bosque a que los animales se lo llevaran a él también para volverse a reunir con su hijo, pero que murió congelado porque aún no había comprendido el mensaje, otros cuentan que se lo llevó el ciervo más viejo de las montañas, se reencontró con su hijo y nunca más volvió a hacer daño a un animal. 

¡Cual de las dos versiones es verdad? Os invitó a usar vuestra imaginación, pero recordad que las historias siempre tienen un mensaje que incita al cambio de actitud para lograr un mundo mejor. ¿Y tu, sueñas también con una sociedad más respetuosa y consciente?


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