Hoy quería
escribirte una canción, una de esas que tanto te gustaban y que al
final te arrancaban esta sonrisa, que tanto me apasiona. Pero un
extraño ruido ha aparecido en mi cerebro, y ha asustado mi
creatividad, hasta tal punto, que la inspiración se ha puesto a
bailar con todos mis miedos.
Todas las palabras
se han juntado, para formar un largo soneto, contra mis viejas y
cansadas manos, por qué ya no quieren formar parte de más poemas
románticos. Entre ellas te podrían describir en una sola palabra,
porque les he contado como era cada una de tus partes del cuerpo. Y
han oído mil veces la misma historia. Esto debe cambiar me dicen.
Mis manos se vuelven más suaves que las de un bebé y todas las
marcas que la tristeza y el dolor crearon en ella desaparecen. Mis
emociones me han aturdido con unos somníferos, y empiezan a borrar
todas nuestras historias, y me roban todas tus recuerdos.
Cuando despierto me
encuentro en una habitación vacía, dónde ya no queda nada de ti.
Se lo han llevado todo. Me siento tan vació y tan triste que no
puedo controlar mis emociones, y desesperado me lanzo de cabeza
contra la pared y me empiezo a golpear reiteradamente, hasta que me
empieza a sangrar la cabeza, y me doy cuenta que así no cubriré mi
gran vacío. Quiero tratar de escribir, para liberar toda la tensión
que se me ha acumulado dentro, miro a mi alrededor, pero también se
han llevado la vieja pluma y la libreta que me regalaste. Maldición
ahora me empiezo a dar cuenta, que toda mi vida giraba a tu
alrededor. Y en este momento que has desparecido por completo de mi
vida, veo que el suelo se rompe detrás de mis pasos, para atraparme
más en mi mismo.
Totalmente roto
empiezo a creer que sin escribirte bonitos poemas o sin recordar
nuestras historias no podré superar tu partida. Hasta que un rayo de
Sol, me deslumbra, y me hace levantar la cabeza. Llevaba mucho tiempo
sentado delante del mar, sin advertirlo. Mi pulso empieza a bajar de
intensidad por momentos, y una suave brisa marina entra por mis fosas
nasales. Puede que no tenga papel y lápiz, pero estoy rodeado de
arena. Y tal como hacia de pequeño, escribía largas historias en la
arena sobre marineros que viajaban por los mares a conocer mundo, y
yo soñaba con algún día poder ser uno de ellos. Esta vez escribo
la historia más bonita que he escrito jamás.
Creo que a mi
inspiración le ha gustado tanto, que ha hecho aparecer una pequeña
barca junto a mi con un par de remos dentro. No puedo dejar escapar
esta oportunidad. Subo a la barca y me pongo a remar, vislumbrando
mis viejos sueños escondidos detrás la brillante luz del Sol.
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