Te
decides a tomar caminos desconocidos en tu vida, tienes esa gran
ansia de experimentar y descubrir mundo. Quieres olvidar tu propio
pasado, este que te consume como una vela en la oscuridad, y quieres
sacar tu dolor y rabia de dentro tuyo. Sabes que eres capaz pero no
sabes como hacerlo.
Te
sientas en el banco del futuro y escuchas unas melodías que nunca
habías oído, pero te encantan, te vuelven loco, y te hacen vibrar
como nunca lo habías hecho. De dónde salen? Buscas a tu alrededor,
pero no encuentras su origen, de golpe miras tus manos, y ahí tienes
la respuesta, una gran partitura se va escribiendo en tus manos y va
subiendo lentamente por tus brazos, y de golpe vuelves a sonreír,
no puedes parar, pareces un idiota, enamorado otra vez.
Luego
descubres que delante tuyo hay un hombre de mediana edad,
observándote con cara de sorpresa, te sobresaltas. Ha estado aquí
todo el rato- te preguntas a ti mismo. Se lo quieres preguntar, pero
él reacciona antes, se agacha un poco se quita las gafas, me mira a
los ojos y me dice:
- Perdone señor no quería ser grosero ni meterme en sus asuntos, pero lo he visto reír tanto y tan profundamente que me ha picado la curiosidad de saber que es lo que le hace reír tanto. -Le hago una sonrisa al señor, y le muestro mis brazos, al señor, él me devuelve la sonrisa y me guiña el ojo, y se sigue su camino.
Que
curioso, el rostro de este señor me resultaba muy familiar. Empiezo
a pensar y luego lo entiendo todo, me levanto corriendo y voy al lago
dónde había pasado anteriormente. Me inclino y veo mi rostro, ahora
ya entiendo porque aquel señor me resultaba familiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario