domingo, 27 de octubre de 2013

Rostros perdidos

Te decides a tomar caminos desconocidos en tu vida, tienes esa gran ansia de experimentar y descubrir mundo. Quieres olvidar tu propio pasado, este que te consume como una vela en la oscuridad, y quieres sacar tu dolor y rabia de dentro tuyo. Sabes que eres capaz pero no sabes como hacerlo.
Te sientas en el banco del futuro y escuchas unas melodías que nunca habías oído, pero te encantan, te vuelven loco, y te hacen vibrar como nunca lo habías hecho. De dónde salen? Buscas a tu alrededor, pero no encuentras su origen, de golpe miras tus manos, y ahí tienes la respuesta, una gran partitura se va escribiendo en tus manos y va subiendo lentamente por tus brazos, y de golpe vuelves a sonreír, no puedes parar, pareces un idiota, enamorado otra vez.
Luego descubres que delante tuyo hay un hombre de mediana edad, observándote con cara de sorpresa, te sobresaltas. Ha estado aquí todo el rato- te preguntas a ti mismo. Se lo quieres preguntar, pero él reacciona antes, se agacha un poco se quita las gafas, me mira a los ojos y me dice:
  • Perdone señor no quería ser grosero ni meterme en sus asuntos, pero lo he visto reír tanto y tan profundamente que me ha picado la curiosidad de saber que es lo que le hace reír tanto. -
    Le hago una sonrisa al señor, y le muestro mis brazos, al señor, él me devuelve la sonrisa y me guiña el ojo, y se sigue su camino.
Que curioso, el rostro de este señor me resultaba muy familiar. Empiezo a pensar y luego lo entiendo todo, me levanto corriendo y voy al lago dónde había pasado anteriormente. Me inclino y veo mi rostro, ahora ya entiendo porque aquel señor me resultaba familiar.

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