jueves, 17 de agosto de 2017

La ciudad roja

No veo nada extraño. Sólo mi nariz puntiaguda apuntando al infinito. La sombra de las nubes se mueve sigilosamente por los tejados.
El color rojo predomina en la ciudad, manteniendo intacta la eséncia revolucionaria que la caracterizó en el pasado. Pienso en mis antepasados. Cómo debieron sufrir para conseguir sus derechos. Y todos los que murieron a manos de los fascistas? Cuántos años hace ya que se libró la última batalla? Ochenta quizás?
Que más da. El pasado ya no importa. Lo que es relevante es el dia de hoy, en que vivimos en paz y felices en esta maravillosa ciudad.
Aunque no conozco ninguna otra, es mi favorita. Ya sólo sea para alabar el brillante esfuerzo que hicieron todos los que la reconstruyeron después de la guerra, o para bendecir a los que murieron protegiéndola.
Y ahora pienso en el futuro que vendrá. Las nuevas tendencias y excentricidades que van llegando procedentes de oriente. Y quiénes són los grandes beneficiados de esto? Nosotros, los habitantes. Que podemos presenciar maravillosos espectáculos en la calle, o disfrutar de las mejores comidas exóticas. Bendita sea la interculturalidad.
Una voz femenina resuena en la lejanía, y poco a poco me voy percatando que no estoy solo. Me he vuelto a perder en mis pensamientos, y me olvidé de la realidad. Ella está conmigo. Cuánto tiempo debo llevar ausente?
- Andy, en que piensas? Últimamente te veo muy despistado. - me dice ella preocupada.
- Nada cariño, pensaba en nosotros- la miento, y luego la beso con dulzura.
Me pregunto que tendrá esta ciudad que siempre me mantenga tan inspirado. 

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