Formas irregulares, constituyen el espacio en que me muevo. La geometría del entorno, me inquieta. Todo resulta tan metódico y ordenado, que necesito descomponer este puzzle de piezas perfectas. Todo encaja a la perfección aquí dentro, y la atmósfera está cargada de irregularidades, que se contradicen con la disposición de todos los elementos que hay en mi habitación. En un ataque de pánico, lo cambio todo de sitio, busco nuevas utilidades a los objetos. Hoy quiero sentarme sobre la mesa y comer sobre la silla. Abro la ventana, para que el aire puro, se intercambie con el viejo y cargado que merodea por el techo.
Miro al horizonte, esperando contemplar algún tipo de fenómeno paranormal obra de la naturaleza. Pero ahí fuera todo sigue tan tranquilo como siempre. El mundo sigue su particular rutina, y gira siempre a la misma velocidad. El tiempo pasa igual para todos, aunque algunos lo aprovechan y lo valoran más que otros. Somos libres de elegir que hacemos con él.
Un complicado problema de trigonometría se está gestando aquí. Como un trángulo perfecto, yo soy la hipotenusa, mi habitación y el mundo exterior son los catetos. Una relación que se debe romper. Cada uno debe seguir su propio camino. Pese a que esto no signifique que nunca más podamos juntarnos de nuevo. Supongo que de vez en cuando nos reuniremos para intercambiar nuestras experiencias. Sé que muchas veces voy a necesitar tomar la mano de alguno de los dos para seguir andando, pero, los tres juntos somos incompetentes.
Soy yo quien tomo la iniciativa y me despido de la habitación, le dedico un caluroso abrazo, y tomo la mano del mundo exterior, juntos vamos andando por las calles de la ciudad. Explorando rincones desconocidos me doy cuenta que aquí no todo está tan tranquilo como parecía desde mi ventana. Un sentimiento de inseguridad me invade, tengo la sensación de peligro, y busco la compañía del mundo exterior para refugiarme, pero este se ha ido, me ha dejado solo, así que llamo a la habitación para protegerme. Pero su puerta está cerrada. No puedo entrar. Por la ventana veo que se asoma el mundo exterior que me saluda. Han hecho un pacto, debo aprender a sobrevivir a los peligros que me expone el mundo por mi cuenta, nadie mejor que yo va poder solucionar mis problemas. Entre nosotros se vuelve a formar el tríangulo que había anteriormente, y se ilumina con la luz de las estrellas. Les sonrío a los dos, y suelto sus manos, para enfrentar las dificultades de nuestro mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario