Te
pido que me cuentes un cuento antes de irme a dormir. Uno de estos
que hable sobre largos viajes, y grandes aventuras, que me lleve
lejos de aquí, y me permita soñar en todo lo que nos mantiene vivos
y lo que nos hace especiales.
Sabes
que no creo en hadas ni duendes, pero hoy te permito que dejes mi
mente a sus manos. Que dibujen mi camino y construyan mi escalera
hacia al cielo. Cada peldaño será un de nuestros sueños
incumplidos. Subirse a las nubes y imaginar nuestro futuro. Todo lo
que pasa a nuestro alrededor gira delante de nuestros ojos azules.
La
lluvia cae y inunda nuestra vida de inseguridad, pero después sale
el Sol, para sonreírnos, y dibujar un arco iris, que nos hace de
puente hacia nosotros mismos.
No
quiero que el cuento termine, hazlo durar más te pido. Así que para
complacer mi voluntad tratas de inventar algo nuevo.
El
arco iris nos lleva a un mundo complejo, dónde los humanos se
sienten perdidos y no encuentran sentido a su existencia. Muchos
sucumben en ver la gran altura de los muros que tenemos que escalar
para llegar a nuestras almas, pero algunos locos se deciden a
subirlos lentamente pero sin pausa. Van forjando sus piernas, sus
brazos, hasta que su cuerpo está curtido, y preparado para terminar
la difícil ascensión. Una vez arriba, contemplan todo lo que han
recorrido, y se sienten satisfechos. Aunque saben, que aún no han
llegado a la cima, que el aprendizaje dura hasta su ultimo aliento,
esto es lo que realmente les mantiene vivos.
En
una larga noche de verano contemplo la lluvia de estrellas y la luna
me sonríe, y me dice:
- Te
atreves a subir, o seguirás aquí inventado cuentos con tu alma?-
Me
mira fijamente y del resplandor de su luz aparece una larga escalara
que me lleva hacia la estrella más alta del cielo, la que brilla
siempre que pierdo el Norte, y la que me guía cuando el miedo me
consume. Empiezo a subir y siento que mi corazón se libera y mi
alma sale en busca de la libertad. Me crecen alas, que me llevan a
las nubes y me permiten viajar por el cielo. Observar el mundo desde
arriba y darse cuenta, de lo que realmente importa y aquello por lo
que no tiene sentido preocuparse.
Realmente
el mundo tiene más sentido si se contempla de forma tranquila
relajada, y lejos de las distracciones que nos propone la sociedad.
Pero aún no he cumplido todos mis objetivos, así que bebo un poco
de agua de las nubes, para despertar de mi sueño.
Sigo
tumbado en mi cama, pero siento como la sangre corre por mis venas, y
la energía me recorre el cuerpo. Es hora de levantarse y seguir
luchando para encontrar un final feliz para mi cuento.
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