Hoy,
es uno de esos días en que el corazón me pide que dedique unos
minutos a escuchar el sonido del viento, y que me enamore de la
belleza de la naturaleza.
Todos
necesitamos objetivos, que nos permitan seguir adelante, y sentirnos
especiales. Soñar despiertos, para olvidar un mundo lleno de
irregularidades.
Lo
que esta a nuestro alrededor llena nuestras miradas de colores vivos,
mientras se dibujan largos caminos delante nuestros pies. Serán
nuestros pulmones capaces de contener el aire necesario para
recorrerlos?
Llevo
marcadas en la piel todas las historias que me permitieron crecer,
aquellas que me transformaban en un animal fantástico cuando todavía
era un niño. Nunca he dudado de mi imaginación, y de su capacidad
por inventar noches debajo las estrellas, recitando todos los poemas
que aprendí durante mi estancia con los sabios.
Utopía
o realidad? Se cruzaran otra vez en mí camino, para volver a sentar
mi cabeza en el suelo, y reconducir mis pasos? Quiero seguir la senda
de la vida, para encontrar nuevos retos. Evaporar todas las verdades,
y preguntarme de nuevo, si realmente nuestros sentimientos pueden
transformar nuestras almas en viento, y viajar sin rumbo por el
universo infinito.
No
es un camino fácil, algunos dieron la vuelta antes de llegar al
final y otros se escondieron dentro de la cueva antes de empezar a
andar, y allí se quedaron dormidos hasta que ya era demasiado tarde
para partir.
Dejas
todos tus objetos más importantes en la pradera y observas como cae
el Sol, te despides de todo y emprendes el camino. Un camino que te
llevará dentro de ti mismo a las profundidades de tu corazón, un
lugar especial en el mundo, dónde dicen que duermen el ángel y el
demonio arropados. Tu decides a quien quieres despertar.
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