martes, 31 de marzo de 2015

La misión

Esta noche no tengo miedo, porque soy capaz de mirar el cielo, y ver como brillan las estrellas. Escuchar todas sus conversaciones, sentir sus miedos dentro de mi corazón y reírme de sus estupideces.
Puedo leer historias mágicas escritas en la oscuridad, y vislumbrar mapas detrás de la Luna, que paso a paso nos llevan a un mundo nuevo. Un lugar desconocido dónde somos capaces de aparcar nuestros sentimientos por un momento, y observar la belleza que tenemos alrededor.
Descubrir nuestra misión resulta una tarea realmente desmoralizadora, y es que la existencia humana puede parecer tan compleja. Somos incapaces de apreciar todo lo que brilla en nuestros ojos, aquello que nos hace más fuertes.
Tus preguntas se debaten entre saltar por el precipicio o seguir lentamente su camino hasta dejar de ser unos ignorantes. El viento mueve el destino, la suerte es lanzada en la mesa, y las cartas vuelan hacia lugares inalcanzables por nuestras manos.
Una partida contra ti mismo, arriesgar es la forma de ganar
Me sobra tiempo para pararme en medio del camino, y construir un castillo, con todos mis conocimientos, abrir las puertas, y compartirlo con mis compañeros de viaje. Esta es la forma de construir nuestro jardín, dónde el Sol nunca llora, y la Luna jamás se esconde.
Una vez tuve un sueño, era capaz de agrupar todos mis sentimientos en una pequeña esfera brillante, y tirarla al cielo, hasta que flotara. Absorber todas las estrellas, y iluminar la noche con mis miedos, pasiones, energía y inseguridades.

Así que esta noche mi sueño se ha hecho realidad. Comprendo las leyes de la vida, y todas mis obligaciones. Me doy la vuelta, y le sonrió a la Luna, esta me guiña el ojo. He descubierto mi misión. 

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