miércoles, 21 de enero de 2015

Cambio de estaciones

Guardé mis recuerdos en el cajón, y mantuve mis lágrimas escondidas dentro del armario. Todo flotaba, dentro de una burbuja. Era el momento perfecto para saltarse las normas.

Si miraba atrás el juego perdería todo su encanto, nuestras manos perderían el contacto y subiríamos demasiado alto para mantener el equilibrio.
Una noche sin sueño, rellenando nuestros pensamientos con el elixir de la vida, y mirar a través del sonido del viento. Te imaginas un mundo sin color, y sin sentido, donde todo gira en dirección contraria.

Sabes hacia dónde enfocar tu mirada? Sus tristes ojos me indican que el futuro está muriendo en nuestras mentes, que nuestras promesas se vuelven débiles, y perdemos el rastro a los cuentos de verano.

Todo está brillando en mi corazón, y me despido de toda esa fantasía que dormía en las profundidades de mi cerebro, le escribo una canción a la muerte que se estaba adueñando de mi destino.

Un sombrero vuela en solitario en el acantilado, se desplaza de un lado a otro, nuestras cartas vuelan, y los pájaros salen del nido, dispuestos a dar un último vuelo.
Sé que estoy pisando lugares sagrados, pero andando sobre la tierra prometida me siento más libre, la corona de mi cabeza se derrite hasta llegar a mis pies desnudos, para calzarlos con oro. Respirando un poco de honestidad, espero la llegada de los profetas.


Me puedes sonreír, sin miedo a perder de nuevo, avanzando sin prisa ves como se dibuja el mundo a tus pies, aguanto la respiración para sentarme en el abismo, y lanzar mis amuletos.
Nadando entre las nubes nuestro espíritu se vuelve puro. Y la lluvia se convierte en palabras, que inundan los mares de sabiduría. Cuantas noches más necesitamos recuperar el aliento para sobrevivir este continuo cambio de estaciones

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