Poseímos
una innata capacidad de admirar a la gente incorrecta, todos
aquellos, que parecen vivir en las nubes, y en realidad se pasan las
noches escapando de la muerte por inundación en sus propias
lágrimas.
Explicame
la razón porque cada noche te propones perder el tiempo mirando por
la ventana en lugar de darle una sonrisa al Sol, y creer en tus
capacidades.
Tu
profunda vulnerabilidad hacia la vida, te hace creer siempre en el
fracaso, y perder la fe, en tu Dios interior. Un Dios bondadoso que
nunca te castiga, y siempre te perdona. Aunque temes que algún día
se canse de esto.
Malinterpretas
el significado de la vida entre esas cuatro paredes, que te debilitan
cada día más. Sientes como tu mente, se deshace debajo la lluvia de
tu cerebro. Tus sentimientos flotan y se mantienen a salvo. Se
convierten en supervivientes de la noche, y capitanes del día. Son
los que te guían hacia tus objetivos. Unos objetivos tan
emocionales, que si no son bien comandados se pierden por el camino.
Los guardas dentro de una pequeña caja de cristal para que nadie te
los pueda robar, ahí se van cociendo a fuego lento, bajo la mirada
de un chico impaciente, que desea como un loco abrir esa caja, pero
sabe que si lo hace, todo el trabajo realizado hasta ahora se perderá
como el humo.
Se
corre la voz que llevo el diablo tatuado en mi piel. Es cierto, que para evitar el infierno y el miedo, necesito conocerlo de primera
mano, para aprender de él y hacerme más fuerte. Puedes predicar por
seguir todas esas rebeldes ideas que sientes en el fondo de tu
corazón, pero algún día ellas desaparecerán, por arte de magia en
unos ojos infantiles, que te harán olvidar todo el odio hacia el
mundo, todo se llenará de comprensión, y simplicidad. Y la
sabiduría de los hombres caerá en el olvido.
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