domingo, 27 de julio de 2014

El gran maestro

Llevaba más o menos un par de años, con una profunda crisis emocional, de la que no conseguía salir de ninguna de las maneras. Trataba de aclarar mis ideas y mis pensamientos, pero cada vez me quedaba más atrapado dentro de ellos.
Ya estaba harto de esa maldita actitud pasiva ante todo, y de esa des motivación por la vida, así que decidí ir a visitar a el gran maestro. La persona más savia de nuestro pequeño pueblo. Un hombre que según decían, tenia remedio para todos los males.
Salí a la calle, después de dos meses encerrado en las cuatro mismas paredes. La verdad, es que al principio me sentí muy extraño. Como si estuviera andando por un planeta desconocido, el sonido del viento me aterrorizaba, y todas las personas que me rodeaban, me parecían extraterrestres, actuaban de una forma tan extraña, y la luz del Sol atacaba mis ojos de una forma tan salvaje como desconocida para mí... Crucé la calle para dirigirme a la cabaña del gran maestro que estaba a las afueras del pueblo. Observaba los edificios, de mi alrededor con una gran expectación. Como era posible, que hubiera tales maravillas arquitectónicas cerca de mi casa, y hasta ahora, 4 años después de llegar al pueblo, no me hubiera dado cuenta. Pero no me quería entretener con ellos, así que seguí andando.
Al cabo de 10 minutos llegué a la cabaña del maestro. Un pequeño habitáculo de no más de 30 m2, echo con cañas, troncos y todo tipo de materias primeras del bosque.
Llamé a la puerta y una voz joven me contestó. Salió un chico de no más de 45 años. De lo más normal, vestía con unos tejanos, y una camiseta blanca.
  • Buenas tardes – Me dijo con voz suave, - A que se debe tu visita-
    Le expliqué todos mis problemas, y tal y como me sentía últimamente, y me mando pasar dentro.
En medio de la cabaña había una enorme ruleta con diferentes símbolos y palabras escritas. El maestro me acostó una silla, y me mandó sentarme junto la ruleta, y me invitó a tirar.
Lo miré un poco incrédulo, pero al final giré de la ruleta con todas mis fuerzas.
Se paró en la palabra generosidad.
El maestro se apunto la palabra generosidad en una pizarra que había colgada en la pared de la habitación.
  • Sigue tirando- Me dijo.
    Le hice caso, y la ruleta esta vez se paro en la palabra sonrisa. El maestro la apuntó y me volvió a pedir que tirase. El mismo proceso se repitió hasta tres veces más.
    Al final las palabras apuntadas en la pizarra fueron las siguientes: Generosidad, sonrisa, Actitud, confianza y superación.
El gran maestro se levantó me miró a los y me dijo.

  • Bien chico, tengo unos deberes para ti. Quiero que durante el próximo mes hagas cada día un acto de generosidad en tu vida, regales una sonrisa a alguien, y siempre que te levantes y te mires al espejo le mires al espejo y le sonrías, explicándole tus cualidades, y tus defectos y lo que harás para cambiarlos, después quiero que antes de salir a la calle te recuerdes a ti mismo de todo lo que eres capaz de hacer, y que vas a luchar hasta el final pase lo que pase, para conseguir tus objetivos diarios. Una vez hayas conseguido esto vuelves a verme.
    En oír sus palabras me sentía más lleno de confianza y energía, tenia muchas ganas de empezar mis deberes, así que me despedí del maestro con una sonrisa y me dirigí a casa. Y me sentía fenomenal porque ya había cumplido un pequeño trozo de mis deberes, sonriendo al gran maestro.   

miércoles, 16 de julio de 2014

Un pacto con el diablo

Una vez un sabio me contó que para purificarte en esta vida necesitas hacer un pacto con el diablo.
Así dicho tan a la ligera sin ningún tipo de explicación parece una locura, pero meditándolo bien, he llegado a la conclusión, que es la mejor forma de enterrar todos mis pecados.
Así que me pongo a dormir, y en medio del sueño aparece Satanás. Debo decir que su aspecto me decepciono un poco. Me lo esperaba un poco más imponente. Quizás lo que más impactó de él fue su gran humanidad y su pequeña perilla blanca .Así que le miré a los ojos, le di la mano ,me presente y le expliqué el motivo de mi visita. Me escuchó atentamente y me llevó a una pequeña habitación de paredes rojas, dónde hacia un calor inaguantable. Nos sentamos en las dos sillas que había en la cámara, y por fin oí su voz. Me tuve que contener una enorme carcajada, porque inesperadamente para mí su voz era aguda como la de una chica.
Me dijo lo siguiente:
  • Te quiero felicitar por tu gran valentía y coraje. Hacia más de 50 años que no venía nadie a hacer un pacto conmigo. Pero bueno vamos al grano, no te quiero incomodar más con mi presencia. Te voy a exponer mi oferta.
    Últimamente me encuentro muy solo, viejo y cansado. Siento que la gente se burla de mi, y ellos han olvidado la mayoría de mis historias. Como sé que tu eres un buen escritor, te pediré que escribas algo para mí, algo que me llene de pasión y me haga recuperar la ilusión por vivir. Si tu texto, me hace vibrar tomaré todos tus pecados y los enterraré debajo de esta cámara de dónde jamás podrán salir. Pero si tu texto no me convence me quedaré tu alma y podré hacer con ella lo que quiera.
Su propuesta me encantaba y me aterrorizaba a la vez. Nunca antes en mi vida me había enfrentado a un reto de tan alto riesgo, pero creía en mis posibilidades como escritor, así que acepté.
  • Bien, chico me gusta tu espíritu. Antes de empezar, quiero hacer una última aclaración, solo tienes 30 minutos para escribirme algo, ya que tengo muchos otros asuntos que atender- dijo Satanás.
Asentí con la cabeza, y luego él me acercó un papel de pergamino, y una pequeña pluma roja. Lo observé de arriba abajo, hasta que mis ojos se aturaron en los suyos. Tenia unos ojos muy expresivos, que escondían una gran tristeza. Me quedé unos segundos más descifrando el significado de la expresión de sus ojos y me puse a escribir. Las manos se me movían a gran velocidad, así que en 15 minutos termine mi obra, titulada soneto para Satanás.
Se la entregué con gran emoción. Muy tranquilo porque sabia que todo iba a salir bien. Se lo leyó y de golpe me desperté en mi habitación, con las ventanas abiertas. Que pasaba? Le habría gustado el poema? O mi alma ya estaba a su merced. Un poco asustado me levanté, me miré al espejo, pero no pude descubrir ningún signo suyo en mi rostro. Así que miré por la ventana, y conseguí divisarlo en el cielo, justo en la nube que había encima de mi casa, bueno solo pude ver sus ojos, pero únicamente con ver sus ojos, supe que había superado la prueba, porque eran los ojos más alegres que he visto en mi vida, dónde la energía saltaba por sus pupilas. Me miró, guiñó el ojo, y se desvaneció para siempre.


miércoles, 2 de julio de 2014

Mi inspiración

Hoy quería escribirte una canción, una de esas que tanto te gustaban y que al final te arrancaban esta sonrisa, que tanto me apasiona. Pero un extraño ruido ha aparecido en mi cerebro, y ha asustado mi creatividad, hasta tal punto, que la inspiración se ha puesto a bailar con todos mis miedos.
Todas las palabras se han juntado, para formar un largo soneto, contra mis viejas y cansadas manos, por qué ya no quieren formar parte de más poemas románticos. Entre ellas te podrían describir en una sola palabra, porque les he contado como era cada una de tus partes del cuerpo. Y han oído mil veces la misma historia. Esto debe cambiar me dicen. Mis manos se vuelven más suaves que las de un bebé y todas las marcas que la tristeza y el dolor crearon en ella desaparecen. Mis emociones me han aturdido con unos somníferos, y empiezan a borrar todas nuestras historias, y me roban todas tus recuerdos.
Cuando despierto me encuentro en una habitación vacía, dónde ya no queda nada de ti. Se lo han llevado todo. Me siento tan vació y tan triste que no puedo controlar mis emociones, y desesperado me lanzo de cabeza contra la pared y me empiezo a golpear reiteradamente, hasta que me empieza a sangrar la cabeza, y me doy cuenta que así no cubriré mi gran vacío. Quiero tratar de escribir, para liberar toda la tensión que se me ha acumulado dentro, miro a mi alrededor, pero también se han llevado la vieja pluma y la libreta que me regalaste. Maldición ahora me empiezo a dar cuenta, que toda mi vida giraba a tu alrededor. Y en este momento que has desparecido por completo de mi vida, veo que el suelo se rompe detrás de mis pasos, para atraparme más en mi mismo.
Totalmente roto empiezo a creer que sin escribirte bonitos poemas o sin recordar nuestras historias no podré superar tu partida. Hasta que un rayo de Sol, me deslumbra, y me hace levantar la cabeza. Llevaba mucho tiempo sentado delante del mar, sin advertirlo. Mi pulso empieza a bajar de intensidad por momentos, y una suave brisa marina entra por mis fosas nasales. Puede que no tenga papel y lápiz, pero estoy rodeado de arena. Y tal como hacia de pequeño, escribía largas historias en la arena sobre marineros que viajaban por los mares a conocer mundo, y yo soñaba con algún día poder ser uno de ellos. Esta vez escribo la historia más bonita que he escrito jamás.
Creo que a mi inspiración le ha gustado tanto, que ha hecho aparecer una pequeña barca junto a mi con un par de remos dentro. No puedo dejar escapar esta oportunidad. Subo a la barca y me pongo a remar, vislumbrando mis viejos sueños escondidos detrás la brillante luz del Sol.