-Venga levántate- Le susurró su sombra al oído, mientras extendía su mano, para ayudarlo.
El cantante levantó la mirada. Nunca se había fijado en el aspecto de su sombra. Tenía unos ojos muy profundos, como el color de la noche. No expresaban emoción alguna, dudó unos segundos y le agarró la mano. Era fría como la nieve, pero surgió una estrecha conexión con ella. Tuvo un escalofrío, muchas emociones que recorrieron su cuerpo podían ser aterradoras. ¿Era la primera vez que sentía esto? ¿Se había privado siempre de experimentar miedo, de envidiar y de ser demasiado ambicioso, quizás? Cegado por los elogios vacíos de sus fans, se creyó que estas emociones no concordaban con él.
La sombra lo ayudó a levantarse, y lo sacó de la habitación. Con pasos dubitativos abandonaron lentamente la estancia, dejaron aquel vacío, para continuar por un pasillo un poco menos oscuro, con algunas capas de gris. La sombra lo guió hasta un pequeño escenario. Todo estaba completamente a oscuras pero podía sentir la presencia de otras sombras a su alrededor. La intensidad del momento era enorme. Todas lo miraban, era el centro de atención. El silencio era sepulcral. Podía sentir la presión.
-¿A qué están esperando? - Le preguntó a su sombra. - A qué les cantes una canción. Quieren que las liberes.
-¿Liberarlas de qué? - Del olvido- Están hartas de que nadie les preste atención ni las escuche. También quieren formar parte de la sociedad. No quieren volver a ser excluidas nunca más. - ¿Y qué les canto? - Preguntó el cantante con indecisión. - Usa tu imaginación. -
Necesitó unos segundos para poner sus emociones en orden, y luego se dejó llevar. La música fluyó. Empezó a combinar notas, y tejió la melodía ideal para la ocasión. Fue la canción más bonita del mundo. Pudo ver a más de una sombra derramar alguna lágrima, y transmitió tanta pasión y emoción que la multitud lo acompañó en las notas finales. Cerró los ojos para saborear el momento, le encantaba interactuar con sus seguidores, hasta que la luz de unos grandes focos le molestó. Escuchó a la multitud coreando su nombre. Era hora de empezar el show, todos lo esperaban.
Antes de salir al escenario, su sombra le guiñó el ojo desde la esquina. - Dedícame una canción esta noche. Recuerda que también soy parte de ti, y me gustaría que me tuvieras más en cuenta.
-No te preocupes, la primera será para ti. Te lo prometo. - Le dijo el cantante. Y salió al escenario preparado para iniciar un nuevo concierto.
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