miércoles, 28 de julio de 2021

El silencio

 Silencio, y todo fluye. La vida nace a partir del vacío y la oscuridad. Y el mundo empieza de cero. Vamos forjando nuestra personalidad desde detrás del telón, como un actor que se prepara antes de la función. Y luego escucho un murmullo, que entra por mis orejas como un masaje. Suave y agradable. Así es como moldeamos este silencio, lo vamos convirtiendo en todo lo que anhelamos, y disfrutamos de su presencia en los momentos de angustia. 

Como los budistas que se pasan horas y horas observando, para conocerse a sí mismos y el entorno que les rodea. Porque todo lo bueno se cocina siempre a fuego lento. No soy amigo de las prisas. Siempre me llevan a caer por el abismo, y a perder el rumbo. Prefiero avanzar lento, como una pequeña barca en el océano, que tiene que desafiar las olas, pero no se amedrenta. Confía en el destino, y sigue la corriente. A menudo los buenos pensamientos nos traen buena suerte, de modo que trato de ser positivo, es mi única regla para conseguir mis objetivos. Bueno y trabajar duro, eso siempre. 

Y cuando todo se vuelva oscuro y el aire sea demasiado denso, respiraré hondo y me quedaré sentado en mi barca a escuchar el rumor del mar, para que me dé  valor para volver a empezar. Renovar mis energías, y agarrar el timón con más fuerza para las aventuras que están por venir. Porque tengo espíritu de marinero, me gusta desafiar las olas y descubrir, pero el mar siempre tiene otro plus, te ayuda a conocerte mejor. Es como si fuera la representación gráfica del silencio. Es inmenso e infinito. Le puedes parar mucha atención o ignorarlo,pero siempre está ahí y tiene esa energía especial, que te ayuda a crecer, y te transporta a las profundidades, del océano o de tu interior, o quizás de ambos, quien sabe. Déjate llevar por el viento, y quizás algún día puedas averiguarlo. 

Y así, entre esta inmensidad, es como me hago amigo del silencio. Dejo que me acaricie la mejilla y me susurra sus secretos a la oreja. Esto es lo que hacen los amigos de verdad. Te acompañan en los momentos más difíciles,y te hacen mejor persona. Por esto son tan preciados.


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