jueves, 17 de septiembre de 2020

El pájaro carpintero

 Como un pájaro carpintero picoteando el tronco del árbol más bonito del bosque, yo fui descubriendo tu corazón. Como las diferentes capas de madera que se va encontrando el ave en el proceso de convertir la simple corteza del árbol en una casa donde poder dormir y esconderse en los días de frío y lluvia, o en las noches tenebrosas, fui averiguando los diferentes sentimientos y emociones que se encontraban a medida que iba profundizando. Me gustaban todas las expresiones de humanidad que iban apareciendo. Una detrás de otra. Alegría, amabilidad, empatía y luego rabia, dolor y envidia. Todo formaba parte de tí, y así es coomo decidí acceptarte. Con todas tus imperfecciones. De igual forma que el pájaro carpintero sabe que hay otros árboles bonitos y más grandes, pero la energia que le ha transmitido el árbol escogido es especial. Como una conexión entre seres vivos, la naturaleza y la belleza del mundo, los dos se complementan. ¿Nunca os habéis preguntado lo sólo que estaría este árbol sin la preséncia del pájaro? Sería como si le quitaran una parte de él. Quizás se podría equiparar a perder todas sus hojas. Aunque los dos son conscientes de que no siempre pueden estar juntos. A veces es necesario que cada uno siga su própio camino para crecer. No significa que se olviden del otro, eternamente. Solo que de vez en cuando cada uno necesita resolver sus asuntos. El pájaro por ejemplo tiene sus crías que alimentar, y cuando crecen les tiene que enseñar a volar, y muy a su pesar, cuando llega el invierno de verdad, emigra a tierras más cálidas. Aunque en verano va a volver siempre bajo el cobijo de su árbol favorito, y van a intercambiar historias. El árbol por su parte, tiene reuniones importantes con sus hermanos y familiares. De vez en cuando tienen que planear como ahuyentar a los humanos que desean cortarlos para levantar sus construcciones o extender sus campos encima suyo. Se antoja una tarea complicada, pero la fuerza de la naturaleza tiene un poder especial si se usa para un buen fin. 

Con esta curiosa comparación, logré entender un día lo que significaba el amor de verdad. Porque aunque nos digan que los humanos somos más inteligentes que los animales, ellos tienen un instinto privilegiado muy superior al nuestro. 

Este mundo es como un puzzle perfecto, de infinitas piezas. Tal vez sea poco probable completar el rompecabezas y juntarlas todas. Pero observando cada detalle, se van colocando a su sitio. 

De modo que en un determinado momento, dejé de picotear en tu corazón, porque me di cuenta que un par de alas preciosas me salieron de la espalda, y antes de seguir profundizando eché a volar. A planear sobre el mundo, para observar el bosque de humanos que me rodeaba. Me gustaba ver cosas de tí en las otras personas, pero también encontraba cosas de mí, cuando las miraba fijamente a los ojos. Como si todos fuéramos hermanos. A medida que iba descubriendo esto, más me gustabas, y más me gustaba a mí mismo también. Supongo que al pájaro le pasaba lo mismo, cuando más se acercaba al continente africano e iba encontrando otros árboles por el camino. 

Ahora en la distáncia, ya se acerca el verano y estás tumbada sobre una verde pradera, el color de los árboles, destaca bajo el maravilloso cielo azul. Se escuchan los cánticos de los pájaros a la lejanía, y tu esperas imapciente su llegada, bajo nuestro roble favorito con la pequeña casa del pájaro carpintero en la parte superior del tronco. Allí escondimos nuestros recuerdos, que ya despiertan después de un largo proceso de hibernación.

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