domingo, 20 de septiembre de 2015

Un sueño

Voy a escribir este último poema, con los latidos de mi corazón. El sonido del viento alimenta mi imaginación. Una puesta de Sol, que cae sobre nuestras sombras, y una mirada que atraviesa mi alma solitaria.
La riqueza de este momento, atrapada dentro de mi propio sueño. Explorando un nuevo camino, te encuentro desnuda sobre la nieve. Eres incapaz de sentir el frío en tu corazón. Tu poder interior calienta tu cuerpo, así que me invitas a liberar mi alma junto a ti. Cuantas noches tendré que luchar contra mis fantasmas, para olvidar dónde me encuentro, aplazar mis miedos y dejarme llevar por la corriente que fluye en mi interior.
Me voy despojando de mis prendas hasta quedarme completamente desnudo a tu lado, el frío que sentía hace unos minutos se va desvaneciendo con cada uno de nuestros suspiros. Nuestras manos se unen y nuestros ojos se cierran. Puedo sentir como nuestros sueños se congregan hasta unificarse.
Los ángeles vuelan al final de nuestro sueño, y el Sol derrite la nieve incrustada en nuestros pies. El mundo real desaparece y todo lo que nos rodea se convierte en fantasía. Beso, tus mejillas con suavidad, hasta que te sonrojas y me miras fijamente. Y susurro tu nombre al viento, para que retumbe por todo el valle. Siento como la libertad resuena junto a nuestros corazones. Nuestros latidos escriben una historia de amor imposible en la roca más alta de la cordillera.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia nuestro sueño. Debemos llegar antes de que anochezca, para iluminarlo con la luz del Sol.

Después de una larga ascensión conseguimos llegar a la roca antes del anochecer. Empezamos a leer en voz alta los dos a la vez. A medida que el sueño avanza, la brillantez de nuestros ojos va aumentando. Cuando llegamos al final sonreímos los dos y cruzamos nuestras miradas, hasta que se convierte en realidad.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario