martes, 4 de agosto de 2015

La mágia

Me miraba el mago con una tremenda pasión, cómo si fuera mi héroe. No podía esperar al siguiente truco, con que nos iba a sorprender ahora?
Se sacó el sombrero y lanzó sus cartas al suelo, los tambores resonaban en la sala, y la música subía de intensidad, hasta que de golpe el mago desapareció sin dejar rastro.
Todos los espectadores dejamos escapar un grito de incomprensión. Hasta que llegó el silencio profundo, habría desparecido de verdad el mago, o formaba parte del truco. Algunos ya desconfiaban y creían que no volvería a aparecer, hasta que se cerraron todas las luces, y el mago apareció justo detrás mío. El silencio cesó y se transformó en una alud de aplausos. Todo el mundo miraba hacia diferentes direcciones, hecho que me llevo a la conclusión, que el mago no solo había aparecido una vez, sino que lo había hecho cinco veces. Había cinco magos en la sala. Cuando la intensidad de los aplausos bajó cada uno de ellos se dirigió al escenario, para recibir el último gran reconocimiento de la noche. Eran idénticos, era el mejor truco que había visto en mi vida. Fui incapaz de averiguar como había sido capaz de hacerlo.
Salía del teatro con un gran sabor de boca, realmente el espectáculo me apasionó.
Volviendo a casa, no pude evitar tratar de reflexionar sobre la magia. Hacia dónde puede llegar la ilusión y la fantasía en el corazón de los hombres. No es mago el que hace desaparecer objetos o adivina que carta tienes en la mano sin visualizarla.
El bueno mago es aquel que es capaz de transformar la ilusión en realidad. Valorar un pequeño detalle de la vida, al que muchos no le damos importancia, convertirlo en algo mágico y inolvidable.
Transformar la tristeza en alegría y las lágrimas en sonrisas.
La mente humana está formada de sueños y ilusiones, que diluyen la pena y el miedo, y nos mantienen vivos. Quizás la magia no sea solo un juego de niños, ni un pasatiempo para algunos. Concretamente yo lo veo como una parte de nosotros, un juego necesario para perder el control de tu mente de vez en cuando y dejarte llevar por la imaginación.
Este es el momento en que tu creatividad fluye y limpia las espinas de tu corazón hasta transformarlas en una dulce melodía que acompaña nuestros despertares de invierno.
Los ojos brillan y los cinco sentidos pierden su significado, todo es más simple de lo que parece, tu mismo con tu inspiración, viviendo un sueño, sobre las nubes, nadie puede dictar las reglas, tu decides los limites.

No tengas miedo de andar cerca del abismo, incluso la magia puede transformar una caída fatal en el poema más hermoso del mundo. 

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