Una larga batalla
con mi yo interior. Los pasos empiezan a ser firmes, mientras algunas
proyecciones del futuro se reflejan en mis ojos, llenos de esperanza,
cargados de ambición, nada titubea alrededor. Los edificios se
mantienen rectos y las cenizas descansan para siempre en el suelo.
Un insípido deseo
creativo y una luz intermitente que brilla a lo lejos. Mi historia es
triste, pero los personajes, son seres fantásticos y difíciles de
olvidar, de aquellos que dejan huella en tu corazón.
Dentro de la trama
principal todo fluye, cada uno cumple con su destino. Quizás al
final la moraleja, sea que la vida, es injusta solo con quien se lo
merece.
Un nuevo día se
levanta con los primeros rayos de Sol, la energía que me compone se
esconde detrás de mi cerebro, buscando el momento ideal para salir y
pintar un arco iris en el cielo de otoño, e inventar el verano en
las hojas caídas que duermen en medio del camino.
Si consigo soñar de
nuevo voy a observar el mundo a través de las nubes, voy a hacer
llover todo lo que me asuste y cargare con todo aquello que me
apasione. Tumbarme en medio de la nada, y escuchar las voces que
lleva el viento, ignorarlas y guiarse por el propio instinto.
Todos mis sueños
son reales y los rostros que aparecen me resultan familiares, me
reúno con mis seres queridos y espero que la puerta se abra de
nuevo para verlos entrar en mi habitación y abrazarlos con todas mis
fuerzas.
Cuando llega el
momento esperado simplemente trato de contener mis emociones, y
mostrarme seguro de mi mismo. Dar la mano y transferirles mi energía,
desarrollar nuestro poderío y respetarnos.
Así que te
pregunto: En cuantos de tus sueños has muerto? O es que aún sigues
vivo en alguno? Si es así, te aconsejo que te las arregles para
sobrevivir y seguir durmiendo, hasta alcanzarlo. Un sabio me dijo una
vez: quién tiene un sueño posee un tesoro, y los tesoros vale la
pena defender los.