miércoles, 5 de marzo de 2014

Viviendo en la nube de la desconcertación

Y de golpe vuelves a tener miedo, te empiezas a consumir lentamente como un cigarrillo en la boca de un fumador compulsivo. Tus sentimientos fluyen despacio encima de tu piel, y crean una armadura que te protege de todas las cosas bonitas que te ofrece el mundo. El pánico a la soledad, te nubla la mente cada día un poco más. Llevas noches soñando con ese cuerpo desnudo tumbado junto a mi, y esa dulce sonrisa que me mira mientras dice un sincero te quiero. Te despiertas de golpe, y todo se desvanece en la oscuridad y el negro invade tu corazón y tu vida.
Como en un arácnido avanzando por un laberinto sin salida, debajo la cálida lluvia de verano.
Puedes oír el canto del ruiseñor dentro de tu cabeza, que te invita a seguir jugando? De verdad lo quieres ignorar?
Ya te has tomado demasiado tiempo para reflexionar sobre tu vida, y maldecir tus penas.
No permitas que tu mente te traicione de nuevo, sabes que eres capaz de noquear a los fantasmas del pasado que asustan a tu descobijada alma.
Puedes oír tus propias palabras retumbar en tu cerebro una y otra vez. Antes te vigorizaban, porque no lo pueden volver a hacer ahora?
Eres el capitán del barco pescador de sueños, tu decides que dirección tomar. Tu puedes decidir quien sube y quien se baja en cada momento, puedes llevar el timón hacia dónde más te apetezca. Romper los esquemas de la sociedad sin miedo a ser juzgado. No permitas que los vicios de la colectividad te corrompan, busca tu propia senda sin miedo a errar solo.
Yo limpiare toda la sangre que puede haber en tus manos, y condonare íntegramente tus pecados, si me lo pides.
Te vas a sentir bien junto al fuego que alzare, mientras la noche va llegando en la cabaña del amor, la quieres ver arder. Observar como se descompone pieza a pieza. Y contemplar como se diluye paulatinamente delante tuyo. Descubres que ya no te importa. Todo aquello que antes tenia sentido para ti, a huido junto el viento. Empieza a nacer el sol en el horizonte, pero eres capaz de otear lo, hacia tantos días que no lo veías que ya no recordabas ni su color ni su forma

Vuelves a sonreír.  

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