Mentes
perturbadas, que buscan una salida. Quieren escuchar otras voces,
que los guíen hasta nuevos caminos, los caminos de la felicidad.
Cerebros llenos de sabiduría, sucios de gasolina que incendian las
hogueras de la maldad. Te encuentras cara cara con el diablo y le
sonríes. Maldito, te voy a echar de dentro. No te permitiré hacer
más daño.
Crees
en el destino? O prefieres confiar en la bondad de los dioses? Esta
vez no chico, esta vez no me sirve un lo siento, no volverá pasar.
Quiero oír como me dices que vas a cambiar, y quiero ver como lo
haces, quiero verte aprovechar todo tu potencial ayudando la
humanidad. Pero no inventes cuentos de presidentes, ni reyes por
favor. Limitate a observar a tu alrededor, y tu mismo que eres un
chico inteligente verás la respuesta a lo que te estoy diciendo. Ah
y me olvidaba una cosa, seguramente la más importante: no necesitas
realizar grandes actos para sentirte feliz y útil, en la sociedad.
Solo con las pequeñas acciones que realices día a día hay
suficiente.
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