domingo, 14 de agosto de 2016

Nubes oscuras

Cada ser humano percibe el mundo de una forma diferente. Todos observamos lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sólo los más valientes actúan sin miedo al fracaso, y se posicionan delante de los problemas.
Todos tenemos sueños, algunos sólo en la cama, otros los viven de verdad. Sienten la adrenalina del momento, y saborean el camino que nos ofrece la vida.
Ahora siento que me hago mayor, que me alejo de mi infancia y de mi hogar, empiezo a conocer las verdades sobre el mundo. Quiero despegar, empezar a volar, y sentir el tacto del aire fresco en mis mejillas.
Cuento las nubes del cielo, y descubro que hay tantas cómo sueños tengo. Algunas son negras y oscuras, otras blancas y suaves. Paso a su lado y las acaricio con ternura. Empiezo a jugar con ellas, pero de vez en cuando alguna nube oscura rompe mi felicidad, y me asusta. Quiere cortarme las alas y hacerme caer en picado, pero yo sé que debo mantenerme firme y no ceder a la presión.
Para suavizar la tensión, empiezo a cantar a las nubes negras. Mis canciones son antiguas baladas, con acordes tristes y melodías emotivas. Pero las letras hablan sobre mí, explican construyo mis sueños.
Me doy cuenta de un pequeño momento de debilidad en las nubes oscuras, y luego empieza a llover. Puedo observar como las gotas caen delante mío. Cada una de ellas es todo lo que he dejado ir. Las amistades que se perdieron y los secretos que no se contaron. Incluso veo el pueblo en que nací, y mi casa al lado de las montañas. Oigo las voces de mis padres a la lejanía. Todo esto cae, y se pierde en el espacio, y yo lo observo indiferente, lo acepto como algo necesario para mi crecimiento personal.
La lluvia perdura durante mucho tiempo. Cuando cesa, observo como las nubes oscuras se reducen en la nada, y me dejan flotando en un cielo blanco y claro, dónde los primeros rayos de Sol aparecen en la lejanía.